(Publicado en Art on Cuba, Septiembre -Noviembre, 2014 )
Mucho se ha estudiado acerca de la importancia que adquirió el movimiento de la arquitectura moderna en el ámbito latinoamericano y caribeño durante el siglo XX así como la influencia de los postulados teóricos del mismo en los arquitectos del área. Es sabido que varias ciudades ofrecieron fértil terreno para la concreción de proyectos realizados bajo dichas premisas, los cuales hoy constituyen hitos del legado modernista.
Para los artistas visuales, muchos de los cuales asumen el entorno construido como punto de partida para su obra, tal fenómeno no ha pasado desapercibido. Numerosos son los creadores que se acercan desde perspectivas e intereses varios a esta herencia arquitectónica. De tal modo la exposición que hoy acoge el Museo del Bronx- inaugurada el 1 de mayo del presente año y expuesta hasta el 11 de enero de 2015- en la ciudad de Nueva York, está dedicada a mostrar cómo el arte contemporáneo bebe de ese patrimonio constructivo del espacio Latinoamericano y Caribeño así como del pensamiento desarrollado por el mismo, y cómo reacciona frente a este en consonancia con los desafíos sociales, politicos-económicos y ambientales que enfrenta la región en la actualidad.
La exhibición curada por Holly Block (directora ejecutiva del Museo del Bronx) y por María Inés Rodríguez (directora de CAPC Museo de Arte Contemporáneo de Bordeaux) es el fruto de cuatro años de investigación en la materia por parte de ambas curadoras y contó con el diseño de Benedeta Monteverde. Con más de 30 artistas y 60 obras de arte, la muestra incluye fotografía, vídeo, escultura, instalación, y dibujo. Varios fueron los creadores cubanos convocados para esta ocasión: Alexandre Arrechea, Los Carpinteros, Felipe Dulzaides, Carlos Garaicoa, Diango Hernández, Jorge Pardo, Manuel Piña, María Martínez Cañas, Rafael Domenech y Quisqueya Henríquez engrosan la nómina de la muestra. (1)
Uno de los artistas en la exhibición que alude más directamente a las construcciones insignias de la arquitectura moderna en Cuba es Alexandre Arrechea. En esta ocasión se exhiben cuatro dibujos de su serie “Interventions” de 2003, proyectos en los cuales el creador propone transformaciones en el diseño o función de algunos edificios y estructuras. Opening Ceremony – Riviera, Opening Ceremony – FOCSA, y Opening Ceremony – Habana Libre, resultan creativas revisitaciones a estos célebres inmuebles de la arquitectura habanera, esta vez desde una utópica y por momentos humorística perspectiva. Crear unas cortinas gigantes para cubrir toda la fachada exterior del Habana Libre, o transformar la estructura y misión de un típico trampolín moderno, en el caso de Opening Ceremony-Trampolín son algunas de las propuestas de Arrechea en estos dibujos de tinta negra sobre papel, cuyos textos acotados nos brindan más detalles sobre estas transformadoras iniciativas.
También en esta línea se encuentra la obra de Los Carpinteros Embajada Rusa. Creada en el 2003 esta pieza, realizada en madera de caoba, pertenece aún a la etapa en que el colectivo estaba interesado en la recuperación de la tradición artesanal, en especial de la ebanistería y carpintería. Dicha escultura es parte de la serie Downtown, en la cual los artistas recrean a modos de gaveteros, hitos arquitectónicos del modernismo en la urbe habanera como el edifico Focsa o el Retiro Médico convirtiéndolos en funcionales muebles a escala doméstica. La Embajada Rusa, ha resultado siempre para los habitantes de la ciudad un “rara avis” que sobresale por su incoherencia estilística y de escala con relación al contexto urbanístico que la rodea. Su diseño es la huella indeleble de una etapa signada por la confianza en una alianza y un proyecto, cuyas ideas quedaron probablemente engavetadas en el interior de esta mole de concreto.
La renovación que atraviesa la arquitectura durante el siglo XX en Cuba encuentra uno de sus momentos culminantes con la edificación del conjunto constructivo dedicado a acoger las Escuelas Nacionales de Arte, hoy Instituto Superior de Arte (ISA). Este proyecto, nunca concluido y altamente significativo dentro del acontecer arquitectónico cubano ha sido de interés para Felipe Dulzaides quien desde el año 1999 y hasta la actualidad se encuentra desarrollando sobre ese tema el proyecto Utopía Posible, del cual se muestra en esta ocasión la instalación Interrogating Architecture (2012). Una mesa con el plano de planta de la inacabada Escuela de Danza del arquitecto Ricardo Porro en una esquina de la galería parece ser interrogada por dos micrófonos dirigidos hacia esta y una iluminación orientada hacia el centro del plano. Me complace pensar esta pieza como un sentido homenaje a ese empeño largamente acariciado, y la historia de sus frustraciones. Un empeño que proporcionó a la Isla tal vez el único hito que la coloca en el panorama universal de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX.
Arquitectura y utopía parecen conceptos inseparables en las reflexiones de estos artistas. Carlos Garaicoa exhibe dos libros “pop up” o lo que es lo mismo, aquellos que al hojearse van formando figuras tridimensionales en sus diferentes páginas: Monumentos de 2011 y Minneapolis (Mill) de 2005. Para muchos de nosotros este formato es un guiño a una infancia sorprendida por los efectos móviles de los libros de cuentos rusos procedentes de la entonces URSS. Los relatos de cartulina de Garaicoa se concentran, sin embargo, en revisitar la ciudad e imaginar o proponer estructuras, algunas de las cuales transformarían definitivamente el paisaje social contemporáneo como aquella que proyecta un puente que se extiende desde La Habana a Key West.
Es también el formato de libro el que sirve a Jorge Pardo para pensar la arquitectura moderna en su obra Ten People, Ten Books de 1994 que incluye 10 páginas de dibujos arquitectónicos sobre una propuesta de edificación basada en principios formales de la escultura y la pintura (el color y las formas geométricas), así como un ensayo del artista. Esta propuesta pretende desdibujar la distinción mueble-inmueble, y en consonancia con este, proyectar un espacio para el disfrute estético fuera del cubo blanco de la galería.
María Martínez Cañas y Rafael Domenech se unen para discursar sobre el entorno construido a partir de una serie inspirada en el libro Bunker Archeology de Paul Virilio. Volumen publicado por primera vez en 1975 para acompañar una exposición fotográfica del mismo nombre que el filósofo y urbanista realizó a partir de las imágenes de bunkers alemanes abandonados en las costas de Francia después de la II Guerra Mundial; tal exploración le incitó a reflexionar en torno a la naturaleza la guerra y la existencia, y a las variantes arquitectónicas del espacio militar en general. Partiendo de este estudio, Martínez Cañas y Domenech colaboran para crear las serie Bunkers de la que se muestran en esta ocasión Bunker 004 y Bunker 005 de 2013. Estos trabajos consisten en collages que recurren a la superposición de formas geométricas trabajadas en acuarela sobre papel encima de impresiones con imágenes de bunkers, se trata de una operatoria que deconstruye la sobriedad visual y el aspecto de invulnerabilidad de estas construcciones, despojándolas así del carácter severo y militar de las mismas. El resultado supone una recreación libre e imaginativa de tal tipología.
Igualmente inspirado en otro referente indispensable de la relación del arte con la arquitectura Diango Hernández retoma el legado de Gordon Matta Clark, cuya obra ya constituía en sí misma un posicionamiento discursivo en torno al espacio arquitectónico. Su pieza If a letter in a walk, if a cut (2011) remite a cortes similares realizados por Matta-Clark en edificios abandonados en los alrededores de Nueva York. En un extremo de la pared intervenida, un conjunto de sobres de carta traslúcidos permiten ver a través de ellos la imagen de un interior moderno. Podría pensarse esta instalación como una conversación entre ambos creadores sobre la arquitectura en tanto materia prima para la construcción del arte contemporáneo.
Quisqueya Henríquez por su parte exhibe la serie de cuatro piezas en papel Familiar Things de 2012 en las que establece un diálogo entre dos referencias fundamentales del siglo XX. Por una parte los principios de la arquitectura moderna enarbolados por Mies van de Rohe, enarbolados en el Pabellón que concibió para la Exposición Internacional de Barcelona en 1929, y por otro el ya célebre método de psicodiagnóstico conocido como Test de Rorschach creados por el psiquiatra suizo Herman Rorschach a partir de manchas de tinta. Estas piezas hacen dialogar ambas exploraciones y pretenden revelar la intricada red de interinfluencias de disciplinas, teorías, estudios y sistemas que han de confluir para concebir una filosofía arquitectónica como lo fue la Moderna.
Por último quisiera referirme a la presencia de Manuel Piña en esta exhibición quien mostró dos obras De construcciones y Utopias II, del 2000, consistente en una serie de 16 fotografías que muestran vistas laterales de diferentes edificios de vivienda construídos por las microbrigadas en Cuba bajo el modelo prefabricado de inspiración soviética, así como el vídeo The Hope and the Robe (La esperanza y la Soga) de 2003. Ambas piezas se complementan de manera ideal y me atrevería a decir que resultan en su conjunto una de las más interesantes propuestas de esta exhibición. A la geometría decadente de las edificaciones en las fotos se suma el componente humano de un vídeo donde se relata en primera persona los acontecimientos de la vida y la circunstancia social de un individuo que ve pasar los años mientras se encuentra en proceso la construcción de su apartamento en un edifico de microbrigadas al tiempo que van apareciendo imágenes del entorno. La relación arquitectura-vida cotidiana expone aquí la historia y el drama personal invisible ante las apariencias de las formas arquitectónicas.
La renovación propuesta por los ideales del movimiento moderno contenían también un alcance de renovación social. Es por ello que esta muestra en sentido general, no solo explora el modo en que los artistas se aproximan a su legado en la arquitectura de la región; sino que muestra también trabajos en los que estos generan cuestionamientos sobre el estado de las ciudades y sociedades que crecieron bajo el influjo de eso proyectos modernos y sus ideales sociales.
(1) El resto de los artistas participantes fueron: Leonor Antunes (Portugal), Alexander Apóstol (Venezuela), Felipe Arturo (Colombia), Alessandro Balteo Yazbeck (Venezuela) and Media Farzin (USA), Alberto Baraya (Colombia), Carlos Bunga (Portugal), Jordi Colomer (Spain), Livia Corona Benjamin (Mexico), Fernanda Fragateiro (Portugal), Magdalena Fernández (Venezuela), Mario Garcia Torres (Mexico), Terence Gower (Canada), Patrick Hamilton (Belgium/Chile), Andre Komatsu (Brazil), Runo Lagomarsino (Argentina), Pablo Leon de la Barra (Mexico), Daniela Ortiz (Peru), Ishmael Randall-Weeks (Peru), Mauro Restiffe (Brazil), Pedro Reyes (Mexico), Chemi Rosado-Seijo (Puerto Rico) and Roberto ‘Boly’ Cortéz (Puerto Rico).